Son extrañas y bellas, y están en peligro. Investigadores de la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL) y de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut (EE.UU.), han creado una lista con las cien aves más peculiares y amenazadas de la Tierra. Estos pájaros han sido elegidos de las 9.993 especies conocidas en todo el mundo utilizando criterios de rareza genética y geográfica. Destacan por su peculiar aspecto, su comportamiento único, su historia evolutiva o por la escasez de ejemplares.
Se trata de un pájaro enorme, el miembro más grande de su familia. Originario de Camboya, tiene «un estatus casi mítico» para los observadores de aves, naturalistas y conservacionistas debido a su rareza y tamaño excepcional. Según explican desde el programa EDGE del ZSL, dedicado a la conservación de especies, los lugares de hábitat de este ave se han reducido mucho.
Después de haber ocupado vastas áreas de tierra firme en el sureste asiático, ahora la población, muy disminuida, se concentra en Camboya, con algunos ejemplares en Laos y Vietnam.
Ya extinta en Tailandia, se cree que está al borde de la desaparición en otros lugares. Está clasificada en peligro crítico, debido a los efectos de la caza y la actividad humana.
Pero no fue eso lo que ha acabado con el cóndor (en 1981 su población se reducía a solo 21 aves), sino la caza, la intoxicación por perdigones y la pérdida de tierras silvestres que sufrió durante el siglo pasado. Los conservacionistas realizan grandes esfuerzos para salvar a esta ave de la extinción con intentos de reproducción y cría en cautividad, pero es una tarea difícil.
El kakapo
El kakapo (Strigops habroptilus) de Nueva Zelanda, también llamado loro lechuza por su curioso aspecto facial, es el loro más pesado del mundo. Grande y fornido, suele ganar entre el 60% y el 100% de su peso corporal cuando llega la temporada de cría. A diferencia de los loros típicos, que son llamativos, alegres y vuelan, el Kakapo es solitario y no vuela, debido a que ha evolucionado en ausencia de mamíferos depredadores. Hace años, la especie estaba extendida y era común en todo el país, pero «la caza, la introducción de mamíferos depredadores, la quema generalizada de bosques y la degradación del hábitat por los herbívoros introducidos han causado una caída catastrófica de sus números». Los esfuerzos dedicados a su conservación han favorecido el aumento de la población a unos escasos 125 ejemplares.
El kagu