Y esto es sumamente importante, por que imaginemos que dos aviones comerciales viajan por la misma ruta en direcciones opuestas. Para cuando los aparatos sean visibles al ojo desnudo de los pilotos, estos solo tendrán unos segundos para eludir la colisión. La función del controlador aéreo es impedir que algo así ocurra. Mucho antes de que los pilotos se vean, ya habrán recibido instrucciones para que se separen y mantengan una distancia segura. La Organización de Aviación Civil Internacional optó por el inglés como lengua internacional para evitar riesgos al viajar a otros países.
Si el controlador considera necesario desviar un avión para evitar un accidente, cuenta con tres opciones. Puede ordenar al comandante que cambie 1) de rumbo (procedimiento llamado vectorización); 2) de velocidad, en caso de que una nave esté alcanzando a otra, o 3) de altitud, la opción más común.
Como medida de seguridad extra, muchos radares alertan al controlador cuando se presentan situaciones de riesgo. Se encienden alarmas audibles y visibles si se detecta, por ejemplo, que dos aviones pasarán muy cerca el uno del otro. Y también se dispara una alarma si alguno se acerca demasiado a tierra.