Es la plataforma flotante Prelude, construida por la compañía petrolera holandesa Shell. El Prelude mide casi medio kilómetro de largo, y desplaza una cantidad de agua equivalente a la que desplazan 6 portaaviones.
La plataforma se convirtió en la más grande estructura flotante del planeta cuando fue llevada al agua en noviembre del año pasado, tras 14 meses de construcción en los astilleros Samsung de Goeje, en Corea del Sur.
Tras ser completado el casco, se trasladaron sus 200.000 toneladas de peso a otra parte de los astilleros, donde se añadieron unos módulos de licuefacción. La plataforma se construyó para explotar una reserva de gas natural cerca de la costa oeste de Australia.
Como la reserva es muy remota para trasportar el gas a la costa, el Prelude lo licuará en el mar.
El Prelude no es estrictamente un barco ya que no puede moverse por sí solo sino que tiene que ser remolcado. Cuando esté funcionando al 100% pesará 600.000 toneladas y producirá el gas equivalente al consumo anual de Hong Kong.
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